La cantera del Real Madrid, la denominada Fábrica, vive una
de sus épocas de más baja producción. Si bien nunca se ha destacado por sacar
generaciones de gran calidad, sí que ha dado siempre pequeñas perlas con
aspiraciones al primer equipo o a triunfar en un gran equipo del extranjero o
de la propia Liga. Pero a día de hoy nada vislumbra para tener en cuenta algún
jugador con la capacidad de sorprender y triunfar, ya sea en el Real Madrid o
en otro equipo.
En esas, Zidane se ha encontrado un Castilla con muchos
descartes que se irán y pocos jugadores válidos, y un gran grupo de jugadores
susceptibles a jugar en 2ªB a sus órdenes. Quizás en este sentido, la política
del Real Madrid con la cantera falla al ser demasiado jerarquizada, en el que
se va ascendiendo por edad de categoría en categoría, viendo pocos saltos en
ella. Podemos poner el ejemplo de Jesé, que ya estando en el Juvenil destacaba
tanto que pedía a gritos jugar en el Castilla, y a pesar de ello, terminó su
temporada en esa categoría para finalmente subir al segundo equipo una
temporada más tarde, en la que siguió demostrando que también se le quedaba
pequeña. Este sistema encorsetado hace que en muchos casos haya jugadores que
se vayan a canteras del extranjero, o pierdan la ilusión para acabar en algún
equipo de bajo caché para finalmente aparecer en el Punto Pelota de turno a los 40 años diciendo que ellos fueron
canteranos del Real Madrid.
Toda esta jerarquía parece impuesta por Ramón Martínez, al
que nadie en 10.000 km a la redonda entiende muy bien que hace todavía en el
Club, y es que aparte de ser amigo personal de Florentino Pérez, se le
desconoce cuáles son sus logros. Aunque podemos contar como uno de ellos el que
a pocos días de empezar la temporada, el Castilla de Toril le faltaban varios
jugadores para tener en plantilla, y es en esto en lo que incidía en el
anterior párrafo, pues parece que el Real Madrid se ha olvidado que su labor es
formar jugadores, y que el promedio de jugadores de la cantera para el Castilla
debería ser un 90-10 con los fichajes. Pero no, esto parece lo contrario, y es
que mientras Toril se quejaba de no tener plantilla, él y Ramón Martínez
seguían mirando hacia fuera, trayendo a medianías contrastadas como Kiko
Femenía, y en ningún momento se buscaron jugadores del Juvenil A o del Real
Madrid C, para jugar en el Castilla, siempre se exigieron fichajes, jugadores
llegados de Brasil o de otros equipos de Segunda División. Al final todo ello
derivó en un caos con el segundo equipo perdiendo la categoría tras un comienzo
nefasto en el que Toril demostró que sin las grandes perlas que subieron al
primer equipo estaba perdido.
El trabajo que tiene Zidane va a ser grande. No solo deberá
formar a jóvenes y localizar los puntos fuertes, sino que debe demostrar que
está preparado para ser entrenador, y que no puede usar el Castilla como un
mero entretenimiento. Ojalá se lo tome en serio y volvamos a encontrar en el
Castilla un reclamo para ver más fútbol de nuestro equipo.
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